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RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
La figura ilustra un algoritmo de manejo
preoperatorio para pacientes sometidos a
cirugía no cardíaca, diferenciando clara-
mente las vías según la urgencia del pro-
cedimiento. Para cirugías urgentes, se pro-
cede directamente sin pruebas adicionales.
Las cirugías "lo antes posible" requieren un
enfoque multidisciplinario para sopesar la
necesidad de pruebas. La ruta principal
es para la cirugía programada, que inicia
con una estratificación del riesgo quirúrgi-
co (bajo, intermedio, alto). Los pacientes de
bajo riesgo se dirigen a cirugía sin pruebas
adicionales. Para los de riesgo intermedio
o alto, el algoritmo considera la presencia
de enfermedad cardiovascular (ECV) con-
firmada (requiriendo consulta cardiológica
si es sí), factores de riesgo cardiovascular
(FRCV), y la edad (> 65 años o fragilidad).
Si el paciente no tiene ECV confirmada,
FRCV, ni es mayor de 65 años, se indican
ajustes farmacológicos específicos (be-
ta-bloqueantes, estatinas, suspensión de
SGLT-2 y algunos inhibidores del SRA). Sin
embargo, si presenta FRCV o es mayor de
65 años, se realiza una evaluación más pro-
funda con ECG, troponina, NT-proBNP/BNP
y evaluación de la capacidad funcional. Si
estos resultados son anómalos, se indican
pruebas de esfuerzo (ETT +/- imagen); si
estas también son anómalas, se considera
una angiografía coronaria. Adicionalmente,
se recomienda ECG, troponina y NT-proB-
NP/BNP para pacientes mayores de 45
años con cirugía de alto riesgo (8).
Manejo antes de la cirugía
El manejo perioperatorio de pacientes con
pacientes con cardiopatías sometidos a ci-
rugía no cardíaca requieren un enfoque in-
tegral y multidisciplinario. Antes de la ciru-
gía, es crucial una evaluación por un equipo
que incluya al cirujano, anestesista, cardió-
logo, considerando el estado funcional del
paciente, la función de órganos, medica-
mentos y su historial clínico. Se debe ob-
tener un ecocardiograma actualizado, ade-
más de una TC si la cirugía es abdominal
superior o torácica. Los marcapasos y des-
fibriladores deben ajustarse adecuadamen-
te. La evaluación cardiovascular es un de-
safío debido al flujo no pulsátil y ruidos del
dispositivo, requiriendo a menudo Doppler
para la presión arterial. Los medicamentos
para la insuficiencia cardíaca suelen man-
tenerse (9).
La gestión de la anticoagulación es críti-
ca: se usa aspirina. Para procedimientos
electivos, se suspende la warfarina 5 días
antes, haciendo un puente con heparina
IV; la aspirina no se revierte con plaquetas.
En emergencias, se usan concentrados de
factores para revertir la warfarina (INR ~1.5)
mientras se puentea con heparina IV, evitan-
do vitamina K para facilitar la reintroducción
de warfarina postoperatoria, y anticipando
mayor pérdida de sangre (9).
Aspectos psicológicos son importantes, ya
que las admisiones no planificadas gene-
ran ansiedad; se promueve la participación
activa del paciente y su equipo de apoyo
en las decisiones, pudiendo requerir asis-
tencia psicológica. Finalmente, el cuidado
postoperatorio generalmente se realiza en
la UCI, aunque para procedimientos meno-
res la unidad de cuidados coronarios pue-
de ser adecuada (9).
Técnica anestésica
La elección de la técnica anestésica en el
manejo perioperatorio es crucial y debe ser
un plan individualizado, fruto de la colabo-
ración multidisciplinaria. Existe un debate
prolongado entre la anestesia general y las
técnicas neuroaxiales, así como entre los
anestésicos volátiles halogenados y los in-
travenosos, especialmente en pacientes car-
diópatas. Si bien la mayoría de las técnicas
anestésicas pueden reducir el tono simpáti-
co y la presión sanguínea, el manejo debe
asegurar una adecuada perfusión orgánica,
evitando la hipotensión prolongada (ej. >20%
de disminución de la PAM o <55 mmHg por
30 min) y la profundidad anestésica inade-
cuada, factores asociados a complicaciones
postoperatorias graves como infarto de mio-
cardio, ACV y muerte (10).
CIRUGÍA ABDOMINAL MAYOR EN PACIENTES CARDIÓPATAS: EVALUACIÓN DE RIESGO Y ESTRATEGIAS
PERIOPERATORIAS MULTIDISCIPLINARIAS