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RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
• Grupo 2: Inflamación orbitaria con ede-
ma conjuntival, dolor, limitación de la
movilidad ocular, disminución de la agu-
deza visual y proptosis.
• Grupo 3: Presenta grados variables de
edema conjuntival, dolor, oftalmople-
jía, disminución de la agudeza visual y
proptosis.
• Grupo 4: Acúmulo de pus en los tejidos
orbitarios, con edema conjuntival, prop-
tosis, oftalmoplejía por afectación de pa-
res craneales (II, III, IV, V, VI) y pérdida
de visión moderada o severa.
• Grupo 5: Trombosis del seno cavernoso,
con afectación sistémica grave, fiebre, ce-
falea, hipoestesia-parestesia facial, dolor
ocular intenso, edema periorbitario y ries-
go de meningitis, sepsis o muerte (11).
Aunque esta clasificación es útil, su limita-
ción radica en que no siempre sigue una
progresión secuencial de fases y no diferen-
cia claramente entre los grupos 2, 3 y 4 por
síntomas, ni incluye las complicaciones intra-
craneales que son más frecuentes en niños
que la trombosis del seno cavernoso (11).
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la clínica, con
una exploración detallada. En el caso de
la celulitis preseptal (CP) su diagnóstico es
fundamentalmente clínico. Por el contrario,
siempre que haya sospecha de una celulitis
orbitaria (CO) es necesario complementar
el diagnóstico con una prueba de imagen,
para buscar su origen, absceso subperiós-
tico, descartar complicaciones intracra-
neales y guiarse en el manejo terapéutico.
En algunos pacientes, el grado de edema
palpebral impide una correcta evaluación
del globo ocular, por lo tanto, en estos ca-
sos son necesarias imágenes de las órbitas
para excluir CO. En general la prueba de
imagen inicial de elección es la tomogra-
fía computarizada (TC) de órbita y cabeza
con contraste. La TC permite además bus-
car complicaciones asociadas como abs-
cesos subperiósticos, abscesos orbitarios,
tromboflebitis de senos cavernosos o abs-
cesos cerebrales (12).
Tratamiento
Para decidir la conducta terapéutica más
adecuada, los casos deben ser discutidos
por especialistas de Oftalmología, Pediatría
y Otorrinolaringología. Y es que la evalua-
ción y seguimiento de los pacientes con
celulitis orbitaria debe estar a cargo de un
equipo médico multidisciplinario, en parte,
porque también existe la alternativa quirúr-
gica. Acerca de esta, no existe consenso
respecto al momento más idóneo, las pro-
puestas no son del todo esclarecedoras,
aunque la mayoría de los expertos propo-
ne drenaje cuando el absceso intraorbita-
rio es amplio y bien definido, en caso de
oftalmoplegía y deterioro significativo de la
agudeza visual, en presencia de absceso
subperióstico, o cuando el rendimiento del
esquema antimicrobiano es inútil después
de 24 a 36 horas (13). La cirugía de drena-
je puede ser necesaria para pacientes en
los grupos 3, 4 o 5 de la clasificación de
Chandler (14).
El tratamiento de la celulitis periorbitaria va-
ría según la gravedad y la edad del pacien-
te, pero generalmente se basa en la terapia
antibiótica para cubrir S. aureus, especies
de Streptococcus y anaerobios. Para pa-
cientes de 1 año o más con síntomas leves,
el tratamiento ambulatorio con antibióticos
tópicos y/u orales es adecuado. Sin embar-
go, los pacientes con enfermedades más
graves o menores de 1 año deben ser hos-
pitalizados para una monitorización más
cercana y la administración de antibióticos
intravenosos (14).
La respuesta a los antibióticos suele ser rá-
pida y completa. Sin embargo, si la terapia
ambulatoria no muestra mejoría en 24 a 48
horas, se debe considerar la hospitaliza-
ción. Esto implica iniciar antibióticos de am-
plio espectro, realizar una tomografía com-
putarizada (TC) y consultar a un cirujano
para una posible incisión y drenaje. Los an-
CELULITIS ORBITARIA SECUNDARIA A SINUSITIS ETMOIDAL AGUDA: ABORDAJE QUIRÚRGICO Y MANEJO
COORDINADO ENTRE OFTALMOLOGÍA Y OTORRINOLARINGOLOGÍA