DOI: 10.26820/reciamuc/9.(2).abril.2025.420-430
URL: https://reciamuc.com/index.php/RECIAMUC/article/view/1575
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIAMUC
ISSN: 2588-0748
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 420-430
Fractura de pelvis con compromiso visceral: enfoque
multidisciplinario en cirugía de emergencia
Pelvic fracture with visceral compromise: multidisciplinary approach in
emergency surgery
Fratura pélvica com comprometimento visceral: abordagem multidisciplinar
em cirurgia de emergência
Gandhy Nicole Bravo Moreira1; David Joao Leon Llanos2; Paulina Noemí Montesdeoca Vásquez3;
Julio Humberto Moreira Jiménez4
RECIBIDO: 05/01/2025 ACEPTADO: 15/03/2025 PUBLICADO: 12/06/2025
1. Médica Cirujana; Investigadora Independiente; Manta, Ecuador; gandhynicol96@gmail.com; https://
orcid.org/0009-0005-3253-9750
2. Máster en Gerencia en Seguridad y Salud en el Trabajo; Médico; Director Médico en LABOUR SSO S.A.S.;
Guayaquil, Ecuador; d.leon@sso-labour.ec; https://orcid.org/0009-0004-9296-3185
3. Médica; Investigadora Independiente; Guayaquil, Ecuador; pau_2195@hotmail.es; https://orcid.
org/0009-0001-0532-6742
4. Médico; Médico Militar; Investigador Independiente; Quito, Ecuador;jhmj.84@gmail.com; https://orcid.
org/0009-0001-0571-4075
CORRESPONDENCIA
Gandhy Nicole Bravo Moreira
gandhynicol96@gmail.com
Manta, Ecuador
© RECIAMUC; Editorial Saberes del Conocimiento, 2025
RESUMEN
Una fractura de pelvis con compromiso visceral significa una rotura en los huesos de la pelvis que también implica una Una fractura de pelvis con compromiso visceral significa una rotura en los huesos de la pelvis que también implica una
lesión en los órganos internos ubicados en las cavidades abdominal o pélvica. Esta es una condición grave porque los lesión en los órganos internos ubicados en las cavidades abdominal o pélvica. Esta es una condición grave porque los
fragmentos de hueso fracturado pueden perforar o dañar órganos como la vejiga, los intestinos, el recto o los órganos fragmentos de hueso fracturado pueden perforar o dañar órganos como la vejiga, los intestinos, el recto o los órganos
reproductores. Se realizó una revisión bibliográfica exhaustiva para investigar el manejo de las fracturas de pelvis con reproductores. Se realizó una revisión bibliográfica exhaustiva para investigar el manejo de las fracturas de pelvis con
compromiso visceral en el ámbito de la cirugía de emergencia, enfocándose en la necesidad de un enfoque multidisci-compromiso visceral en el ámbito de la cirugía de emergencia, enfocándose en la necesidad de un enfoque multidisci-
plinario. La búsqueda se centró en bases de datos como PubMed, Scopus y Google Scholar. El manejo multidisciplinario plinario. La búsqueda se centró en bases de datos como PubMed, Scopus y Google Scholar. El manejo multidisciplinario
en casos de fractura de pelvis con compromiso visceral es clave para abordar la complejidad de estas lesiones. Este en casos de fractura de pelvis con compromiso visceral es clave para abordar la complejidad de estas lesiones. Este
enfoque implica la colaboración coordinada entre diferentes especialidades que aportan su experiencia para garantizar enfoque implica la colaboración coordinada entre diferentes especialidades que aportan su experiencia para garantizar
una atención integral.una atención integral.
Palabras clave: Fractura de pelvis, Trauma pélvico, Lesión visceral, Cirugía de emergencia, Manejo multidisciplinario,
Control de daños.
ABSTRACT
A pelvic fracture with visceral compromise means a break in the bones of the pelvis that also involves an injury to internal
organs located in the abdominal or pelvic cavities. This is a serious condition because the fractured bone fragments can
perforate or damage organs such as the bladder, intestines, rectum, or reproductive organs. An exhaustive bibliographic
review was carried out to investigate the management of pelvic fractures with visceral compromise in the emergency sur-
gery setting, focusing on the need for a multidisciplinary approach. The search focused on databases such as PubMed,
Scopus, and Google Scholar. Multidisciplinary management in cases of pelvic fracture with visceral compromise is key to
addressing the complexity of these injuries. This approach involves coordinated collaboration among different specialties
that contribute their expertise to ensure comprehensive care.
Keywords: Pelvic fracture, Pelvic trauma, Visceral injury, Emergency surgery, Multidisciplinary management, Damage
control.
RESUMO
Uma fratura pélvica com comprometimento visceral significa uma ruptura nos ossos da pelve que também envolve uma
lesão nos órgãos internos localizados nas cavidades abdominal ou pélvica. Esta é uma condição grave, pois os fragmen-
tos ósseos fraturados podem perfurar ou danificar órgãos como a bexiga, os intestinos, o reto ou os órgãos reprodutivos.
Foi realizada uma revisão bibliográfica exaustiva para investigar o tratamento de fraturas pélvicas com comprometimento
visceral no contexto da cirurgia de emergência, com foco na necessidade de uma abordagem multidisciplinar. A pesquisa
concentrou-se em bases de dados como PubMed, Scopus e Google Scholar. O tratamento multidisciplinar em casos de
fratura pélvica com comprometimento visceral é fundamental para lidar com a complexidade dessas lesões. Essa abord-
agem envolve a colaboração coordenada entre diferentes especialidades que contribuem com seus conhecimentos para
garantir um atendimento abrangente.
Palavras-chave: Fratura pélvica, Traumatismo pélvico, Lesão visceral, Cirurgia de emergência, Tratamento multidisci-
plinar, Controle de danos.
422 RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
Introducción
La pelvis es una estructura anular com-
puesta de hueso. Consta del sacro, el cóc-
cix y los huesos innominados: el pubis, el is-
quion y el ilion. Los huesos innominados se
unen para formar el acetábulo. Los huesos
innominados se unen anteriormente en la
sínfisis púbica. Contiene vasos sanguíneos,
nervios, órganos urogenitales y el recto. La
pelvis está anatómicamente asociada con
una serie de estructuras vasculares. La aor-
ta se divide en las arterias ilíacas comunes
aproximadamente a la altura de L4. Las ar-
terias ilíacas comunes se dividen luego en
las ramas internas y externas en la articula-
ción sacroilíaca. La arteria glútea superior
es el vaso más comúnmente lesionado en
el trauma pélvico; se ramifica de la arteria
ilíaca interna y sale de la pelvis por la esco-
tadura ciática. Otras arterias intrapélvicas
asociadas con lesiones incluyen la arteria
glútea inferior, las arterias rectales, la arte-
ria obturatriz y la arteria vesical. Las venas
acompañan a las arterias y también son
propensas a lesionarse. La proximidad de
las venas y arterias explica la alta inciden-
cia de lesiones combinadas (1).
Las fracturas de pelvis pueden estar oca-
sionadas por traumatismos de baja ener-
gía en aquellos pacientes con factores de
riesgo (ancianos, osteopenia/osteoporosis),
este tipo de fractura suelen ser estables. Sin
embargo, no hay que dejar de mencionar
las fracturas inestables asociadas a trauma-
tismos de alta energía que adquiere su im-
portancia por las altas tasas de morbimor-
talidad asociada en pacientes jóvenes, por
sus cifras elevadas a expensas principal-
mente de accidentes de tráfico y por el alto
impacto que tiene hacer un buen abordaje
diagnóstico. La tasa de mortalidad asocia-
da a fracturas pélvicas inestables ha dis-
minuido considerablemente en los últimos
años, gracias a las mejorías en los proto-
colos de actuación multidisciplinario. Den-
tro de estos protocolos se ha optimizado el
rendimiento de las pruebas de imagen con
la optimización de guías y protocolos de
BRAVO MOREIRA, G. N., LEON LLANOS, D. J., MONTESDEOCA VÁSQUEZ, P. N., & MOREIRA JIMÉNEZ, J. H.
imagen por ejemplo con la aplicación de un
protocolo de imagen como lo es el estudio
topográfico aplicado a pacientes con poli-
traumatismos graves (2).
Según los estudios epidemiológicos, se ha
descubierto que las fracturas de pelvis son
más comunes en mujeres que en hombres,
debido a la disminución de la densidad
ósea en ellas después de la menopausia.
Así mismo, se ha encontrado que el riesgo
de sufrir una fractura de pelvis aumenta con
la edad, siendo los individuos mayores de
65 años los más afectados. Los mecanis-
mos de trauma que se asocian a las frac-
turas de pelvis son, principalmente, acci-
dentes de tráfico, caídas desde una altura
considerable o lesiones deportivas. Es im-
portante señalar que la gravedad de estas
lesiones y su pronóstico dependen en gran
medida del tipo de fractura y del grado de
lesión del paciente (3). En lo que respecta a
pediatría Briceño Arias et al (4) indica que a
fractura de pelvis en pacientes pediátricos
resulta una patología poco común. Repre-
senta entre el 1 y 3 % de las fracturas en
los servicios de pediatría. Según el Boston
Children's Hospital de la Universidad de
Harvard, tales lesiones se identifican entre
el 2,4 y el 7,5 % de los niños con trauma,
con una incidencia estimada de 1 por cada
100000 por año.
Metodología
Se realizó una revisión bibliográfica exhaus-
tiva para investigar el manejo de las fractu-
ras de pelvis con compromiso visceral en
el ámbito de la cirugía de emergencia, en-
focándose en la necesidad de un enfoque
multidisciplinario. La búsqueda se centró
en bases de datos como PubMed, Scopus
y Google Scholar, utilizando descriptores
como "fractura de pelvis", "trauma pélvico",
"lesión visceral", "cirugía de emergencia",
"manejo multidisciplinario" y "control de da-
ños". Se seleccionaron artículos publicados
en los últimos años, priorizando revisiones
sistemáticas, metaanálisis, estudios obser-
vacionales y guías de práctica clínica que
423
RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
FRACTURA DE PELVIS CON COMPROMISO VISCERAL: ENFOQUE MULTIDISCIPLINARIO EN CIRUGÍA DE
EMERGENCIA
abordaran tanto el diagnóstico como el tra-
tamiento de estas complejas lesiones.
Resultados
Fisiopatología
Tabla 1. Clasificación de fracturas pélvicas según Tile modificada por AO, y correlación
con Young-Burgess
Nota: APC: compresión anteroposterior; LC: compresión lateral; VS: cizalla vertical; MC:
mecanismo combinado.
Fuente: Noriego Muñoz & Auñón Martín (5).
Tipo
Descripción
Correlación con
Young-Burgess
A
Arco posterior intacto
A1
Avulsiones del hueso innominado
A2
Fracturas del hueso innominado con arco posterior
íntegro
A3
Fractura transversa del sacro y cóccix distal a S2
B
Disrupción incompleta del arco posterior
B1
Disrupción incompleta del arco posterior con
inestabilidad rotacional
B1.1. Fractura por compresión lateral
LC-I
B1.2. Fractura por compresión AP
APC-I
B2
Disrupción incompleta del arco posterior con
inestabilidad rotacional. Lesión unilateral posterior.
B2.1. Fractura por compresión lateral con fractura sacra
con inestabilidad en rotación interna
LC-I
B2.2. Fractura por compresión lateral con fractura ilíaca
("Crescent") con inestabilidad en rotación interna
LC-II
B2.3. Fractura por compresión AP con inestabilidad en
rotación externa
APC-II
B3
Disrupción incompleta del arco posterior con
inestabilidad rotacional.
B3.1. Fractura por compresión lateral en una hemipelvis
y compresión AP en la otra. Inestabilidad en rotación
interna (anteriormente)
LC-III
B3.2. Fractura por compresión lateral con inestabilidad
en rotación interna bilateral
LC-I o LC-II
bilateral
B3.3. Fractura por compresión AP con inestabilidad en
rotación externa bilateral
APC-II bilateral
C
Disrupción completa del arco posterior. Lesión unilateral
posterior.
C1
Disrupción completa del arco posterior. Lesión unilateral
posterior
APC-III o VS
C2
Disrupción completa del arco posterior. Lesión bilateral
posterior. Hemipelvis con lesión completa y hemipelvis
con lesión incompleta
APC-III o VS o
algunas B
C3
Disrupción completa del arco posterior. Lesión bilateral
posterior. Ambos lados con lesión completa
APC-III o VS
bilateral
424 RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
Las fracturas de pelvis son lesiones graves,
comúnmente causadas por traumas de alta
energía, que pueden poner en riesgo la vida
debido a su asociación con hemorragias
significativas y otras lesiones orgánicas. La
pelvis, una estructura anular de huesos (sa-
cro, cóccix, pubis, isquion e ilion) que al-
berga vasos sanguíneos, nervios y órganos
urogenitales, es naturalmente muy estable.
Sin embargo, cuando se fractura, existe un
alto riesgo de complicaciones (6).
La clasificación de Young-Burgess es fun-
damental para diagnosticar y orientar el tra-
tamiento de estas lesiones, basándose en
la dirección de la fuerza del impacto:
Compresión Anteroposterior (CAP):
Implica fuerzas frontales o posteriores
que abren el anillo pélvico. Las lesiones
tipo I afectan solo los ligamentos de la
sínfisis, mientras que las del tipo II y III
son progresivamente más graves, com-
prometiendo los ligamentos del suelo
pélvico y el complejo sacroilíaco poste-
rior, respectivamente. Las lesiones CAP
tipo III se asocian con la mayor pérdida
de sangre y mortalidad.
Compresión Lateral: Resulta de fuer-
zas que comprimen la pelvis lateralmen-
te, causando fracturas de ramas y/o alas
sacras o ilíacas. El tipo I implica fractu-
ras ipsilaterales del ala sacra, el tipo II se
asocia con fracturas en "media luna" del
ilion, y el tipo III, conocido como "pelvis
barrida por el viento" (windswept pelvis),
combina una lesión de compresión late-
ral con un componente rotatorio externo
contralateral. En este tipo de lesiones,
las lesiones cerebrales cerradas son la
principal causa de muerte.
Cizallamiento Vertical: Ocurre por una
carga axial (como caídas desde alturas)
que desplaza una hemipelvis hacia arri-
ba, causando una disrupción completa
de los ligamentos de la sínfisis, el suelo
pélvico y el complejo sacroilíaco poste-
rior (6).
Dada la alta energía requerida para estas
fracturas, es crucial descartar lesiones adi-
cionales, como daño vascular, neurológico
o visceral, ya que el plexo venoso posterior
de la pelvis es la principal fuente de hemo-
rragia en estas lesiones, y el daño a la co-
rona mortis puede provocar una pérdida de
sangre masiva. El manejo exitoso de estas
fracturas exige un enfoque multidisciplina-
rio en cirugía de emergencia para abordar
eficazmente tanto la fractura pélvica como
las lesiones asociadas (6).
Relaciones de las vísceras pélvicas
Para comprender las lesiones asociadas a
las fracturas de pelvis traumáticas de cada
órgano, es preciso recordar qué vísceras se
encuentran en el espacio pélvico que se ha
descrito. De anterior a posterior, tras la sín-
fisis púbica, en el espacio retropúbico, se
encuentran: La vejiga, la próstata (en el va-
rón), la uretra prostática en su interior, las ve-
sículas seminales, la fascia retroprostática y
el recto. Caudalmente a estos, se encuentra
el diafragma urogenital, el bulbo peneano,
con los cuerpos esponjosos y cavernoso del
pene, los testículos y el escroto (7).
Lesiones viscerales asociadas
Lesiones viscerales: genitourinarias,
viscerales abdominales (como las gas-
trointestinales), y torácicas diversas. Por
orden de frecuencia (7).
Lesiones genitourinarias: En un
12-16% de los casos de fracturas
de pelvis traumáticas existen lesio-
nes urológicas. El diagnóstico inicial
de sospecha es clínico; la presencia
de hematuria macroscópica obliga a
descartar lesiones. Las lesiones más
frecuentes son la rotura uretral y la ro-
tura vesical (7).
Roturas uretrales: 4-14% de los
casos. De predominio en el va-
rón. Cursan con dificultad para la
realización de la micción, sangre
en el meato, próstata desplazada
BRAVO MOREIRA, G. N., LEON LLANOS, D. J., MONTESDEOCA VÁSQUEZ, P. N., & MOREIRA JIMÉNEZ, J. H.
425
RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
hacia arriba y hematoma peri-
neal. El diagnóstico definitivo se
realiza con uretrografía retrógra-
da y su tratamiento consiste en
colocar un catéter suprapúbico y
reconstrucción definitiva diferida
(7).
Roturas vesicales: 20% de los
casos. Clínica: hematuria fran-
ca. Extraperitoneales (85%) o in-
traperitoneales. Inicialmente se
descarta la rotura uretral y a con-
tinuación se coloca una sonda de
Foley y se realiza una cistografía
retrógrada (7).
Lesión genital: en la mujer, la-
ceración vaginal y uterina; y en
el hombre desde lesiones pe-
neanas apreciables, prostáticas,
hasta infrecuentes luxaciones
testiculares al canal inguinoes-
crotal (7).
Causas de las fracturas de la pelvis
Figura 1. Fracturas de la pelvis
Nota: Las fracturas (que se muestran en rojo abajo) se pueden producir en el ilion, el pubis
o el isquion.
Fuente: CAMPAGNE (8).
En los adultos jóvenes, las fracturas gra-
ves que afectan a la totalidad de la pelvis
pueden ocurrir como consecuencia de ac-
cidentes de coche o moto a alta velocidad,
de la colisión de un coche y un peatón o
de caídas desde cierta altura. Estas fractu-
ras pueden causar una hemorragia poten-
cialmente mortal, tanto si la piel se rompe
como si no. Pueden ocasionar una disminu-
ción peligrosa de la tensión arterial (shock).
También se pueden lesionar los nervios y
los órganos cercanos, como la vejiga, los
órganos reproductivos, y el intestino. Las
fracturas graves suelen ser inestables (8).
En algunas personas mayores, la osteoporo-
sis debilita los huesos. Por lo tanto, pueden
sufrir una fractura de la pelvis si se caen, por
ejemplo, al salir de la bañera, al bajar una
escalera, o incluso mientras están de pie en
un terreno llano. Uno de los tipos de fractu-
ra de pelvis tiende a ocurrir sobre todo en
los adolescentes, especialmente en los que
participan en actividades deportivas. Estas
FRACTURA DE PELVIS CON COMPROMISO VISCERAL: ENFOQUE MULTIDISCIPLINARIO EN CIRUGÍA DE
EMERGENCIA
426 RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
fracturas (llamadas fracturas por avulsión)
generalmente se producen cuando un mús-
culo se contrae súbitamente y arranca un
pequeño fragmento óseo del isquion, donde
se insertan los músculos isquiotibiales (en la
parte inferior de la nalga) (8).
Lesión de Vejiga
La rotura de vejiga es una complicación fre-
cuente de las fracturas pélvicas, presente
en hasta el 29% de los casos con hematuria.
Un diagnóstico tardío incrementa la mortali-
dad. Se clasifican en cinco tipos principales
según Sandler et al.:
Tipo I (Contusión): Desgarro incomple-
to de la mucosa.
Tipo II (Intraperitoneal): Rotura de la
cúpula vesical (30% de las roturas, re-
quiere cirugía).
Tipo III (Intersticial): Contraste intramu-
ral sin extravasación.
Tipo IV (Extraperitoneal): La más co-
mún (60%), subdividida en simple (IVa)
y compleja (IVb), usualmente tratada
conservadoramente con sonda de Foley.
Tipo V (Compleja): Combinación de ro-
turas intra- y extraperitoneales (9).
Para el diagnóstico, la cistografía por TC re-
trógrada es el método preferido, ofreciendo
100% de sensibilidad y especificidad cuan-
do se realiza con una distensión adecuada
de la vejiga (aproximadamente 300-350 mL
de contraste diluido). Los patrones de frac-
tura pélvica, como la diástasis de la sínfisis
púbica y la articulación sacroilíaca, aumen-
tan el riesgo de lesión vesical, aunque estas
lesiones pueden ocurrir incluso sin fractura
pélvica (9).
Lesión Ureteral
Las lesiones ureterales son raras (1% de las
lesiones urológicas) y, en el contexto de un
traumatismo, la mayoría ocurren intraopera-
toriamente (80%), siendo menos comunes
por traumatismos directos (principalmente
por heridas de bala). Los hallazgos iniciales
en la TC suelen ser sutiles o no diagnósti-
cos, aunque signos como estriación peri-
néfrica, hematomas o colecciones líquidas
de baja densidad adyacentes a los uréteres
pueden sugerir la lesión. La TC con con-
traste en fase excretora (aproximadamente
10 minutos post-inyección) es ideal para su
evaluación. La distinción entre laceración
(tratada con stent ureteral) y transección
(que requiere reparación quirúrgica) es cru-
cial para el manejo (9).
Diagnóstico
El diagnóstico de las fracturas pélvicas co-
mienza con una inspección inicial para de-
tectar deformidades en las extremidades
inferiores y heridas en la pelvis o el perineo.
Se realiza una palpación de las crestas ilía-
cas y una manipulación suave para evaluar
el dolor o la inestabilidad. Sin embargo,
esta exploración física tiene una precisión
limitada, especialmente en pacientes con
alteración del nivel de conciencia, y debe
hacerse solo una vez debido al dolor y al
riesgo de sangrado (5).
En el caso de fracturas por fragilidad de
pelvis (FFP), los pacientes suelen referir do-
lor en la ingle, el muslo o la parte baja de la
espalda, junto con dificultad o incapacidad
para soportar peso después de un trauma-
tismo de baja energía (5).
Para los estudios de imagen en el manejo
inicial, la radiografía AP de pelvis es la prue-
ba fundamental, complementada usual-
mente con proyecciones inlet y outlet. La
tomografía computarizada (TC) es crucial
para definir la lesión ósea y planificar el tra-
tamiento definitivo (5).
A pesar de que las radiografías ofrecen una
visión estática, no siempre reflejan adecua-
damente el grado de inestabilidad, salvo en
los casos más extremos. Por ello, en situa-
ciones dudosas, se realizan estudios diná-
micos de estabilidad bajo anestesia. Este
examen permite evaluar individualmente el
grado de inestabilidad de cada fractura y
BRAVO MOREIRA, G. N., LEON LLANOS, D. J., MONTESDEOCA VÁSQUEZ, P. N., & MOREIRA JIMÉNEZ, J. H.
427
RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
así determinar la necesidad y el tipo de in-
tervención quirúrgica. No obstante, las prin-
cipales limitaciones de este método son la
falta de indicaciones claras para su realiza-
ción y la ausencia de un protocolo definitivo
para decidir el tipo de estabilización reque-
rida en función de sus resultados (5).
Manejo
El manejo prehospitalario de fracturas pél-
vicas prioriza la estabilización del paciente
según el ABCDE (vía aérea, respiración, cir-
culación, déficit neurológico y exposición).
En caso de múltiples víctimas, se realiza un
triaje ej., START, METTAG (que usa etique-
tas de colores: negro para fallecidos, rojo
para críticos, amarillo para graves y verde
para no graves) para identificar a los más
críticos, basándose en criterios fisiológicos,
anatómicos, mecánicos, edad y comorbili-
dades. Ante una pelvis inestable con sos-
pecha de hemorragia (común en fracturas
"en libro abierto"), se busca estabilizar la
pelvis (ej., vendaje pélvico, unión de miem-
bros inferiores en rotación interna) para re-
ducir el sangrado y mejorar la estabilidad
hemodinámica, evitando una compresión
excesiva (10).
En el caso de un paciente hemodinámica-
mente inestable y con inestabilidad mecá-
nica (generalmente, politraumatizados), se
debe comenzar con una fijación percutánea
rápida en urgencias o un vendaje ajustado
alrededor de la pelvis, seguido de una radio-
grafía anteroposterior de pelvis y tórax, así
como, una radiografía lateral de cervicales.
Posteriormente, se continúa con la resucita-
ción y la valoración de la realización de una
arteriografía y embolización selectiva. Por
último, se llevará a cabo la fijación exter-
na de urgencia o la osteosíntesis definitiva
(siempre y cuando se disponga de personal
entrenado de guardia para realizar la osteo-
síntesis definitiva de estas fracturas), ya que
en un 95% de los casos es eficaz en el cese
de la hemorragia al estabilizar la fractura y
disminuir el volumen intrapélvico (11).
Actualidad en el manejo quirúrgico de las
fracturas de pelvis
Figura 2. Tratamiento combinado, fijador externo monolateral + fijación percutánea con
tornillo canulado en articulación sacroilíaca posterior derecha + R.A.F.I en anillo anterior
Fuente: Martínez et al (12).
FRACTURA DE PELVIS CON COMPROMISO VISCERAL: ENFOQUE MULTIDISCIPLINARIO EN CIRUGÍA DE
EMERGENCIA
428 RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
El tratamiento de las fracturas de pelvis y
acetábulo ha avanzado, mejorando la recu-
peración del paciente. La cirugía se enfoca
en cada articulación afectada.
Para fracturas de acetábulo, la fijación in-
terna con placas es la opción preferida,
utilizando los abordajes ilioinguinal de
Letournel o transglúteo de Kocher-Lan-
genbeck, según corresponda, y ambos
reportan buenos resultados (12).
Para sínfisis púbica o ramas ilioisquio-pú-
bicas, se usa fijador externo para casos
inestables o cuando la cirugía interna
es inviable. Si el paciente está estable,
se opta por fijación interna con placas a
través del abordaje de Pfannenstiel (12).
En la articulación sacroilíaca, los tornillos
iliosacros percutáneos son la elección,
aunque complejos. Placas o barras ilio-
sacras son alternativas para casos más
complicados (12).
Ejemplo manejo visceral (lesión vaginal)
estudio de Li et al (13)
La laceración vaginal después de un trau-
matismo pélvico es rara, con una incidencia
de aproximadamente el 2% al 4% en infor-
mes previos. La reducción del sangrado de-
bido a la contracción de los músculos lisos
vaginales, que actúa como una reacción al
estrés postraumático, y las lesiones graves
de otros órganos asociadas con la fractura
pélvica pueden llevar a un diagnóstico erró-
neo de la lesión vaginal y potencialmente a
diversas complicaciones, incluyendo infec-
ción pélvica, estenosis vaginal y disfunción
sexual. Li et al (13) realizaron un estudio
retrospectivo que examino la relación entre
las fracturas pélvicas y las lesiones vagina-
les en pacientes femeninas, ofreciendo una
perspectiva sobre la incidencia, los factores
asociados y los resultados del tratamiento.
Los autores analizaron datos de 25 pacien-
tes femeninas quienes cumplieron con los
criterios de inclusión de fracturas pélvicas
asociadas a lesiones vaginales.
El estudio detalla las estrategias de trata-
miento tanto para las fracturas pélvicas como
para las lesiones vaginales y sus complica-
ciones asociadas. En el caso de las fractu-
ras pélvicas, se observó una combinación
de fijación externa y reducción abierta con
fijación interna (RAFI). Respecto al manejo
de las lesiones vaginales, los autores indican
que la mayoría de las lesiones de segundo y
tercer grado requirieron reparación quirúrgi-
ca, mientras que las de primer grado se ma-
nejaron conservadoramente.
Manejo multidisciplinario
En la compleja gestión de las fracturas pél-
vicas, la colaboración interprofesional es la
piedra angular para optimizar los resultados
del paciente. Desde la estabilización inicial
en el lugar del accidente por los servicios
de medicina de emergencia y la evaluación
y reanimación en la sala de urgencias por
los médicos de emergencia, hasta la direc-
ción de la atención por los cirujanos de trau-
ma y la intervención quirúrgica de los ciruja-
nos ortopédicos, cada disciplina aporta una
pieza vital al rompecabezas. Los anestesió-
logos garantizan el bienestar del paciente
durante la cirugía. Además, la atención se
extiende a la disfunción sexual o vesical
con el apoyo de urólogos y ginecólogos (6).
El radiólogo juega un rol fundamental en el
manejo de las lesiones pélvicas y genitou-
rinarias, actuando tanto en el diagnóstico
como en el tratamiento. Mediante el uso de
tecnologías avanzadas como la Tomogra-
fía Computarizada (TC) y la cistografía por
TC retrógrada, los radiólogos identifican y
clasifican con precisión las lesiones de ve-
jiga, uretra y uréter. Estas imágenes son vi-
tales para determinar la extensión del daño
y guiar las decisiones clínicas. Además de
su función diagnóstica, los radiólogos in-
tervencionistas tienen un papel terapéutico
crucial, realizando la angiografía pélvica con
embolización arterial transcatéter (EAT). Este
procedimiento es esencial para controlar he-
morragias arteriales pélvicas severas, una
complicación frecuente y potencialmente
BRAVO MOREIRA, G. N., LEON LLANOS, D. J., MONTESDEOCA VÁSQUEZ, P. N., & MOREIRA JIMÉNEZ, J. H.
429
RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
mortal en fracturas pélvicas, especialmente
en pacientes inestables hemodinámicamen-
te. La EAT permite detener el sangrado de
manera eficiente, lo que contribuye significa-
tivamente a mejorar los resultados y la super-
vivencia del paciente (9).
Conclusión
Las fracturas de pelvis con compromiso
visceral representan una lesión grave que
requiere una evaluación rápida y un manejo
coordinado entre diferentes especialidades
médicas. La naturaleza multidisciplinaria,
que incluye traumatología, cirugía vascular,
cirugía general y reanimación, es funda-
mental para reducir la morbilidad y mortali-
dad asociadas.
Primero, el equipo de traumatología o ciru-
gía ortopédica evalúa y estabiliza la pelvis
mediante técnicas de fijación externa o in-
terna, priorizando la estabilización mecáni-
ca para prevenir daño adicional y facilitar
las intervenciones subsecuentes. Simultá-
neamente, el cirujano general o vascular
evalúa las lesiones viscerales o vasculares,
que pueden requerir reparación urgente
para detener hemorragias o enlentecer la
diseminación de lesiones.
El equipo de radiología intervencionista
puede intervenir con embolizaciones para
controlar hemorragias activas, minimizando
así la necesidad de cirugías abiertas en al-
gunos casos. La atención en la unidad de
cuidados intensivos (UCI) es fundamental
para la monitorización continua, control del
estado hemodinámico y manejo de compli-
caciones secundarias, como sepsis o insu-
ficiencia orgánica.
La identificación temprana de lesiones vis-
cerales, junto con una intervención quirúr-
gica oportuna, mejora significativamente
los resultados clínicos. Además, el enfoque
integral que combina técnicas diagnósti-
cas eficientes y una atención coordinada
garantiza un manejo más efectivo de estos
pacientes complejos. En conclusión, la co-
laboración multidisciplinaria en el tratamien-
to de fracturas de pelvis con compromiso
visceral es esencial para optimizar la recu-
peración y reducir las complicaciones.
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CITAR ESTE ARTICULO:
Bravo Moreira, G. N., Leon Llanos, D. J., Montesdeoca Vásquez, P. N., & Mo-
reira Jiménez, J. H. . (2025). Fractura de pelvis con compromiso visceral: en-
foque multidisciplinario en cirugía de emergencia. RECIAMUC, 9(2), 420-430.
https://doi.org/10.26820/reciamuc/9.(2).abril.2025.420-430
BRAVO MOREIRA, G. N., LEON LLANOS, D. J., MONTESDEOCA VÁSQUEZ, P. N., & MOREIRA JIMÉNEZ, J. H.