
365
RECIAMUC VOL. 9 Nº 2 (2025)
Endoscopia
La cistoscopia (para examinar la vejiga) o la
colonoscopia (en el caso de fístulas colove-
sicales) son útiles para identificar el sitio de
la fístula en la mucosa del órgano examina-
do. Una pequeña área de mucosa inflama-
da, enrojecida y posiblemente elevada es
un signo de un posible trayecto fistuloso. A
menos que la fístula sea muy ancha, suele
ser difícil visualizar su lumen endoscópica-
mente (10).
La endoscopia también puede proporcionar
información adicional sobre la enfermedad
subyacente, como en casos de malignidad
o enfermedad de Crohn. Las fístulas pue-
den ser un hallazgo incidental durante una
endoscopia realizada por otras razones. En
estas situaciones, se requieren investiga-
ciones adicionales para un diagnóstico y
plan de manejo completos (10).
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento para
una fístula enterovesical es la corrección de
líquidos y electrolitos, y el control de la in-
fección (11).
En cuanto al tratamiento surge claramente
del análisis de la literatura que estamos ante
una patología de clara indicación quirúrgi-
ca. De no resolverse los enfermos de esta
forma, su evolución es a las complicacio-
nes infecciosas, en especial urinarias, y a la
sepsis. No surgen alternativas terapéuticas
serias a la cirugía. La táctica a emplear y
la oportunidad estarán condicionadas por
el tipo de fístula y su etiología. También in-
fluyen la edad y el estado general del pa-
ciente. De todos modos, surge claramente
de los distintos trabajos publicados que la
cirugía en un tiempo es actualmente el stan-
dard de oro para el manejo de estos pacien-
te siempre que sea posible (7).
Previamente a la intervención quirúrgica,
en caso de existir infección, bien urinaria o
abdominal, ésta deberá tratarse con el tra-
tamiento antibiótico indicado. El tratamiento
antibiótico debe cubrir la flora colónica por
lo que suele utilizarse una quinolona con
metronidazol o amoxicilina-clavulánico. La
extensión de la resección quirúrgica depen-
de de la extensión de la fístula, la localiza-
ción y la etiología de ésta. La recurrencia
postoperatoria es poco común. En caso de
que la etiología sea benigna (diverticulitis,
enfermedad de Crohn, otras enfermedades
inflamatorias…) la resección intestinal del
segmento enfermo seguido de anastomosis
primaria es lo que suele llevarse a cabo. En
ciertos casos como en abscesos grandes,
en fugas anastomóticas con contaminación
fecal, radioterapia pélvica previa hay que
realizar la intervención quirúrgica en varias
etapas. En el caso de la diverticulitis cada
vez se realizan más intervenciones por me-
dio de laparoscopia. En un metaanálisis de
2021 sobre la cirugía laparoscópica en FCV
se observó que dichos pacientes presen-
taban una estancia hospitalaria menor y no
se observaron diferencias significativas en
la tasa de fuga anastomótica, en la morta-
lidad o infección del sitio quirúrgico. En el
caso de que la causa de la FCV sea una
neoplasia de colón o de vejiga se requiere
una resección de las porciones afectadas
de dichos órganos además del tratamiento
oncológico adicional en función del estadia-
je de la neoplasia (12).
Conclusión
Las fístulas enterovesicales representan
una complicación importante que requie-
re un diagnóstico preciso y oportuno para
evitar riesgos de infecciones recurrentes y
complicaciones graves. La colaboración
multidisciplinaria entre urología y cirugía
general es esencial para abordar integral-
mente estos casos, mediante la utilización
de técnicas de imagen como la tomografía
axial computarizada (TC) y la cistografía,
además de una evaluación clínica detalla-
da. El tratamiento quirúrgico exitoso implica
una estrategia personalizada que incluya la
resección del segmento intestinal afecta-
do, la reparación de la fistula y la recons-
trucción de la vejiga, buscando reducir las
FÍSTULAS ENTEROVESICALES: DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO QUIRÚRGICO INTEGRAL ENTRE UROLO-
GÍA Y CIRUGÍA GENERAL