DOI: 10.26820/reciamuc/8.(1).ene.2024.569-583
URL: https://reciamuc.com/index.php/RECIAMUC/article/view/1300
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIAMUC
ISSN: 2588-0748
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 569-583
Carcinoma de vesícula biliar
Gallbladder carcinoma
Carcinoma da vesícula biliar
Stalin Fernando Torres Segovia
1
; Juan Daniel Burbano Freire
2
; Jesenia Camila Aulla Colcha
3
;
Omar Hernández Argel
4
RECIBIDO: 10/12/2023 ACEPTADO: 15/01/2024 PUBLICADO: 14/03/2024
1. Médico; Investigador Independiente; Quito, Ecuador; stalintorress90@gmail.com; https://orcid.
org/0009-0003-2854-3058
2. Médico; Investigador Independiente; Ambato, Ecuador; danny_bushi@hotmail.com; https://orcid.
org/0009-0004-5720-8037
3. Médico General; Investigadora Independiente; Riobamba, Ecuador; camila27au@gmail.com; https://
orcid.org/0009-0003-0683-6124
4. Especialista en Cirugía General; Investigador Independiente; Médico; Guayaquil, Ecuador; omar-
ha11@hotmail.com; https://orcid.org/0000-0002-8151-9095
CORRESPONDENCIA
Stalin Fernando Torres Segovia
stalintorress90@gmail.com
Quito, Ecuador
© RECIAMUC; Editorial Saberes del Conocimiento, 2024
RESUMEN
El cáncer de vesícula biliar es una neoplasia agresiva con alta mortalidad y variabilidad geográfica en su incidencia,
influenciada por factores como la litiasis biliar, la obesidad y la infección por Helicobacter pylori. A menudo, este cáncer
no muestra síntomas hasta etapas avanzadas, aunque en algunos casos puede manifestarse tempranamente con dolor
abdominal, náuseas, vómitos e ictericia. Su diagnóstico tardío se debe a síntomas poco específicos, siendo el dolor abdo-
minal el más común. El diagnóstico se dificulta en etapas tempranas, pero la ecografía abdominal es útil, especialmente
en grupos de alto riesgo. La tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética nuclear (RMN) son sensibles
para detectar masas y evaluar la profundidad de la infiltración. A nivel mundial, se estima que en 2020 se diagnosticaron
115,949 casos, con unas 4,400 muertes previstas en los Estados Unidos para el mismo año. A pesar de avances en diag-
nóstico y tratamiento, la supervivencia sigue siendo limitada. La investigación es crucial para entender mejor la enferme-
dad y desarrollar terapias más efectivas. Se realizó una revisión bibliográfica exhaustiva sobre aspectos metodológicos
de la investigación en cáncer de vesícula biliar, utilizando bases de datos como PubMed, Scopus y Web of Science. Se
identificaron 50 estudios relevantes, mostrando una variabilidad en la metodología empleada. Resultados muestran que el
cáncer de vesícula biliar es una neoplasia común, con alta incidencia en ciertas regiones como Melanesia, Asia oriental y
Sudamérica, donde Chile, Bolivia y Perú tienen tasas más altas. Se asocia con factores de riesgo como género, geografía,
anomalías congénitas, obesidad, antecedentes de cálculos biliares, infecciones crónicas y alteraciones genéticas. En
conclusión, el cáncer de vesícula biliar presenta desafíos diagnósticos y terapéuticos significativos, con un diagnóstico
frecuentemente tardío debido a la falta de síntomas específicos en etapas tempranas. La investigación metodológica es
esencial para mejorar la comprensión y el manejo de esta enfermedad devastadora.
Palabras clave: Cáncer de Vesícula Biliar, Factores de Riesgo, Diagnóstico, Síntomas, Enfermedad.
ABSTRACT
Gallbladder cancer is an aggressive neoplasm with high mortality and geographical variability in its incidence, influenced
by factors such as gallstone disease, obesity, and Helicobacter pylori infection. Often, this cancer does not exhibit symp-
toms until advanced stages, although in some cases, it can manifest early with abdominal pain, nausea, vomiting, and
jaundice. Its late diagnosis is due to nonspecific symptoms, with abdominal pain being the most common. Diagnosis is
challenging in early stages, but abdominal ultrasound is useful, especially in high-risk groups. Computed tomography (CT)
and magnetic resonance imaging (MRI) are sensitive in detecting masses and assessing depth of infiltration. Globally, an
estimated 115,949 cases were diagnosed in 2020, with around 4,400 deaths projected in the United States for the same
year. Despite advances in diagnosis and treatment, survival remains limited. Research is crucial for better understanding
the disease and developing more effective therapies. A comprehensive literature review was conducted on methodological
aspects of gallbladder cancer research, using databases such as PubMed, Scopus, and Web of Science. Fifty relevant
studies were identified, showing variability in the methodology employed. Results indicate that gallbladder cancer is a
common neoplasm, with high incidence in certain regions such as Melanesia, East Asia, and South America, where Chile,
Bolivia, and Peru have higher rates. It is associated with risk factors such as gender, geography, congenital anomalies,
obesity, history of gallstones, chronic infections, and genetic alterations. In conclusion, gallbladder cancer presents sig-
nificant diagnostic and therapeutic challenges, with often late diagnosis due to nonspecific symptoms in early stages.
Methodological research is essential for improving understanding and management of this devastating disease.
Keywords: Gallbladder Cancer, Risk Factors, Diagnosis, Symptoms, Disease.
RESUMO
O cancro da vesícula biliar é uma neoplasia agressiva com elevada mortalidade e variabilidade geográfica na sua incidên-
cia, influenciada por factores como a doença do cálculo biliar, a obesidade e a infeção por Helicobacter pylori. Frequente-
mente, este cancro não apresenta sintomas até fases avançadas, embora em alguns casos possa manifestar-se precoce-
mente com dor abdominal, náuseas, vómitos e iterícia. O seu diagnóstico tardio deve-se a sintomas inespecíficos, sendo
a dor abdominal o mais comum. O diagnóstico é difícil nas fases iniciais, mas a ecografia abdominal é útil, especialmente
em grupos de alto risco. A tomografia computorizada (TC) e a ressonância magnética (RM) são sensíveis na deteção de
massas e na avaliação da profundidade da infiltração. Globalmente, estima-se que 115 949 casos foram diagnosticados
em 2020, com cerca de 4 400 mortes projectadas nos Estados Unidos para o mesmo ano. Apesar dos avanços no diag-
nóstico e no tratamento, a sobrevivência continua a ser limitada. A investigação é crucial para compreender melhor a
doença e desenvolver terapias mais eficazes. Foi realizada uma revisão exaustiva da literatura sobre os aspectos metodo-
lógicos da investigação do cancro da vesícula biliar, utilizando bases de dados como PubMed, Scopus e Web of Science.
Foram identificados 50 estudos relevantes, mostrando variabilidade na metodologia utilizada. Os resultados indicam que
o cancro da vesícula biliar é uma neoplasia comum, com elevada incidência em determinadas regiões, como a Melanésia,
a Ásia Oriental e a América do Sul, onde o Chile, a Bolívia e o Peru apresentam taxas mais elevadas. Está associado a
factores de risco como o sexo, a geografia, as anomalias congénitas, a obesidade, a história de cálculos biliares, as in-
fecções crónicas e as alterações genéticas. Em conclusão, o cancro da vesícula biliar apresenta desafios diagnósticos e
terapêuticos significativos, com um diagnóstico frequentemente tardio devido a sintomas inespecíficos nas fases iniciais.
A investigação metodológica é essencial para melhorar a compreensão e a gestão desta doença devastadora.
Palavras-chave: Cancro da vesícula biliar, Factores de risco, Diagnóstico, Sintomas, Doença.
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Introducción
El cáncer de vesícula biliar es una neopla-
sia agresiva con una alta letalidad, cuya
incidencia varía geográficamente y está in-
fluenciada por diversos factores de riesgo,
como la litiasis biliar, la obesidad y la infec-
ción por Helicobacter pylori.
Es una enfermedad poco frecuente por la
que se encuentran células malignas (can-
cerosas) en los tejidos de la vesícula biliar.
La vesícula biliar es un órgano en forma de
pera situado por debajo del hígado en la
parte superior del abdomen. Almacena la
bilis, un líquido que elabora el hígado para
digerir la grasa. Cuando los alimentos se
descomponen en el estómago y los intesti-
nos, la vesícula biliar libera bilis a través de
un tubo que se llama conducto colédoco,
que conecta la vesícula biliar y el hígado a
la primera parte del intestino delgado (1).
CARCINOMA DE VESÍCULA BILIAR
derecha del abdomen, náuseas o vómitos e
ictericia, que se presenta cuando el tumor
obstruye los conductos biliares y la bilis no
puede drenar hacia los intestinos. Esto con-
duce a la acumulación de bilirrubina en la
sangre, lo que produce un color amarillento
en la piel y los ojos. Además, el cáncer de
vesícula biliar puede causar protuberancias
en el abdomen si bloquea los conductos bi-
liares o se propaga al hígado. Otros sínto-
mas menos comunes incluyen pérdida de
apetito, pérdida de peso, hinchazón abdo-
minal, fiebre, comezón en la piel, orina os-
cura y heces fecales pálidas o grasosas. Es
importante destacar que muchos de estos
síntomas pueden atribuirse a otras causas
más comunes, como cálculos biliares o he-
patitis viral. Por lo tanto, es fundamental ob-
tener un diagnóstico preciso (2).
El diagnóstico del cáncer de vesícula biliar
suele ser tardío debido a la dificultad en de-
tectar la enfermedad en etapas tempranas.
Los síntomas son poco específicos, siendo
el dolor abdominal el más recurrente, espe-
cialmente en el hipocondrio derecho. Otros
síntomas comunes incluyen ictericia, sín-
drome tóxico paraneoplásico y presencia
de una masa palpable en la misma zona. El
sistema TNM es utilizado para etapificar el
cáncer de vesícula biliar. En pacientes con
tumores avanzados, los exámenes de labo-
ratorio pueden no mostrar alteraciones es-
pecíficas, aunque el perfil hepático puede
ser colestásico y, en ocasiones, se puede
presentar anemia y leucocitosis. Los mar-
cadores tumorales CEA y CA19-9 han sido
estudiados en este contexto (3).
La ecografía abdominal es el método de
elección para la detección temprana del
cáncer de vesícula biliar, especialmente en
mujeres mayores de 40 años y grupos de
alto riesgo. Esta técnica puede revelar ma-
sas voluminosas o polipoideas en la vesícula
biliar, así como otras irregularidades como
engrosamiento de la pared vesicular. La eco-
grafía-Doppler puede identificar la invasión
tumoral de estructuras vasculares. La tomo-
grafía axial computarizada (TAC) es altamen-
Figura 1. La vesícula biliar (1)
El cáncer de vesícula biliar generalmente no
manifiesta signos o síntomas hasta etapas
avanzadas de la enfermedad, cuando el tu-
mor se ha vuelto grande o hay metástasis.
Sin embargo, en algunos casos, los sínto-
mas pueden manifestarse de forma tempra-
na, lo que posibilita un diagnóstico precoz
y un tratamiento potencialmente más efecti-
vo. Los síntomas más comunes del cáncer
de vesícula biliar incluyen dolor abdominal,
típicamente localizado en la parte superior
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te sensible y rentable para el diagnóstico del
cáncer de vesícula biliar, permitiendo la de-
tección de masas y la evaluación de la pro-
fundidad de la infiltración en el parénquima
hepático, así como la presencia de metás-
tasis y obstrucciones biliares. La resonancia
magnética nuclear (RMN) se utiliza para eva-
luar la anatomía biliar, hepática y pancreá-
tica, mientras que la arteriografía y la ultra-
sonografía endoscópica son métodos más
invasivos pero útiles en casos selectos para
evaluar la relación del tumor con estructuras
vasculares y obtener muestras para confir-
mar el diagnóstico histológico (3).
A nivel mundial, se estima que 115,949 per-
sonas fueron diagnosticadas con cáncer
de vesícula biliar en 2020. Se estima que
este año se producirán unas 4,400 muertas
(1,830 hombres y 2,570 mujeres) a causa del
cáncer de vesícula biliar y otros tipos de cán-
cer biliares en los Estados Unidos (4) Tam-
bien en Estados Unidos, los cálculos para el
año 2023 de la Sociedad Americana Contra
El Cáncer para el cáncer de vesícula biliar y
conductos biliares grandes adyacentes son:
Aproximadamente 12,220 nuevos casos
diagnosticados: 5,750 en hombres y 6,470
en mujeres. Se calcula que 4,510 personas
morirán a causa de estos cánceres: 1,900 en
hombres y 2,610 en mujeres De éstos nue-
vos casos, alrededor de 4 de cada 10 serán
cánceres de vesícula biliar (5).
A pesar de los avances en el diagnóstico
y tratamiento, la supervivencia a largo pla-
zo de los pacientes con cáncer de vesícula
biliar sigue siendo limitada. La investigación
en esta área es crucial para mejorar la com-
prensión de la enfermedad y desarrollar es-
trategias terapéuticas más efectivas. En este
contexto, es fundamental analizar la metodo-
logía empleada en los estudios sobre cáncer
de vesícula biliar para garantizar la validez y
fiabilidad de los resultados obtenidos.
Metodología
En este artículo, se presenta una revisión
bibliográfica exhaustiva sobre los aspectos
metodológicos relacionados con la investi-
gación del cáncer de vesícula biliar. Se em-
plearon bases de datos electrónicas como
PubMed, Scopus y Web of Science para
identificar estudios relevantes publicados
con criterios científicos y académicos. La
metodología de esta revisión bibliográfica se
basó en la búsqueda sistemática de estudios
relevantes en bases de datos electrónicas.
Se utilizaron términos de búsqueda específi-
cos, como "cáncer de vesícula biliar", "meto-
dología", "diseño de estudio" y "análisis esta-
dístico", para identificar artículos pertinentes
publicados en inglés o español en los últimos
cinco años. Se aplicaron criterios de inclusión
que consideraban estudios observacionales,
ensayos clínicos y revisiones sistemáticas
que abordaran aspectos metodológicos rela-
cionados con el cáncer de vesícula biliar. Se
excluyeron los estudios que no cumplían con
los criterios de inclusión o que no estaban
disponibles en texto completo.
La búsqueda inicial identificó un total de 50
estudios, que, según su aporte y relevancia,
se muestran en los resultados, los cuales
se organizaron temáticamente en función
de los aspectos metodológicos analizados,
que incluyeron el diseño del estudio, la de-
finición de los criterios de inclusión y exclu-
sión, las medidas de resultado y los análisis
estadísticos utilizados. Se observó una am-
plia variabilidad en la metodología emplea-
da en los estudios revisados, lo que resalta
la necesidad de estandarizar los enfoques
de investigación en esta área.
Resultados
La vesícula biliar es un órgano hueco que
almacena y libera bilis para ayudar en la di-
gestión. Su pared está compuesta por di-
ferentes capas, incluyendo mucosa, lámina
propia, capa muscular y serosa, sin capa
submucosa. Esta vesícula está adherida al
hígado y tiene dos superficies distintas: la
superficie hepática, sin revestimiento peri-
toneal, y la superficie peritoneal, cubierta
por peritoneo visceral. El cáncer de vesícu-
la biliar (CVB) fue descrito por primera vez
en 1777 y su diagnóstico suele ser inciden-
TORRES SEGOVIA, S. F., BURBANO FREIRE, J. D., AULLA COLCHA, J. C., & HERNÁNDEZ ARGEL, O.
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tal o en etapas avanzadas. Es la neoplasia
más común de las vías biliares a nivel mun-
dial, con una prevalencia variable según la
región geográfica. La mayoría de los casos
se localizan en el fondo de la vesícula y son
adenocarcinomas. El pronóstico general-
mente es malo, con baja supervivencia a
los cinco años en tumores avanzados, pero
mejor en etapas tempranas. (6)
Según la Agencia Internacional para la In-
vestigación del Cáncer (IARC), en 2018 el
CVB representó el 1,7% de las muertes por
cáncer a nivel mundial, con 220,000 nuevos
casos. La incidencia y mortalidad son más
altas en Melanesia, Asia oriental y Sudaméri-
ca. En Sudamérica, Chile, Bolivia y Perú pre-
sentan tasas de incidencia y mortalidad más
altas. Colombia también muestra una preva-
lencia notable, con entre el 1,6% y el 3% de
adenocarcinomas en muestras quirúrgicas,
y un porcentaje significativo de diagnósticos
incidentales durante la cirugía (6).
El cáncer de vesícula biliar (CVB) está aso-
ciado a una variedad de factores de riesgo,
que incluyen el género, la geografía, ano-
malías congénitas, obesidad, antecedentes
de cálculos biliares, infecciones crónicas y
alteraciones genéticas. La mayoría de los
casos se diagnostican en etapas avanza-
das debido a la falta de síntomas iniciales y
a su rápida diseminación (6).
El género parece influir en la incidencia
del CVB, siendo más común en hombres
en países orientales y en mujeres en occi-
dente. Los cálculos biliares son un factor
de riesgo significativo, con hasta el 88% de
los pacientes con CVB que también tienen
colelitiasis. La obesidad, especialmente
en mujeres posmenopáusicas, también se
asocia con un mayor riesgo de CVB, posi-
blemente debido al aumento de hormonas
como el estrógeno (6).
Tabla 1. Factores de riesgo para desarrollar cáncer de vesícula (6)
CARCINOMA DE VESÍCULA BILIAR
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Los pólipos de vesícula biliar, especial-
mente los mayores de 10 mm, pueden ser
precursores de CVB. La vesícula en porce-
lana, aunque en el pasado se consideraba
un riesgo significativo, actualmente se cree
que tiene un riesgo menor de cáncer. La
colangitis esclerosante primaria y ciertas
infecciones bacterianas también se han re-
lacionado con el CVB. Además, ciertas mal-
formaciones anatómicas y la exposición a
carcinógenos ambientales, como el tabaco
y las aflatoxinas, pueden aumentar el ries-
go. Alteraciones genéticas y epigenéticas
también desempeñan un papel importante
en el desarrollo del CVB, con mutaciones en
genes como KRAS y TP53 y cambios en la
metilación del ADN que pueden influir en la
carcinogénesis (6).
El carcinoma de la vesícula biliar con com-
ponente epidermoide es raro y es más fre-
cuente en mujeres mayores de 55 años.
La resección quirúrgica es el tratamiento
indicado en etapas iniciales. Dado que la
mayoría de los pacientes se diagnostican
con gran carga tumoral locorregional, el
principal tratamiento es la paliación. El uso
de quimioterapia y/o radioterapia debe ser
considerado solo con fines paliativos (7).
Clasicación por etapas del Cáncer de
vesícula biliar
La clasificación por etapas es crucial en el
cáncer de vesícula biliar para determinar su
extensión y guiar las opciones de tratamien-
to y el pronóstico del paciente. Este sistema
utiliza diversos métodos, como exámenes
físicos, imágenes médicas y resultados de
cirugías, para describir la propagación del
cáncer. Es una herramienta estándar uti-
lizada por los profesionales médicos para
comprender la gravedad de la enfermedad
y planificar la atención del paciente.
Sistema TNM del American Joint Commit-
tee on Cancer (AJCC)
El sistema principal de clasificación por eta-
pas para el cáncer de vesícula biliar es el sis-
tema TNM de la American Joint Committee
on Cancer (AJCC), que también se aplica a
los cánceres del conducto cístico. Se funda-
menta en tres componentes principales:
La letra T describe cuán lejos el tumor
primario ha crecido hacia la pared de la
vesícula biliar y si ha crecido hacia otros
órganos o tejidos cercanos.
La letra N describe si el cáncer se ha pro-
pagado a ganglios (nódulos) linfáticos
cercanos (regionales) (grupos en forma
de fríjol de células del sistema inmunoló-
gico localizados por todo el cuerpo).
La M indica si el cáncer ha hecho metás-
tasis (se ha propagado) a otros órganos
del cuerpo (los sitios de propagación
más comunes del cáncer de vesícula bi-
liar son el hígado, los pulmones y el pe-
ritoneo, es decir, el revestimiento de la
cavidad abdominal) (8).
Los números y las letras después de la T, N
y M proporcionan más detalles sobre cada
uno de estos factores:
Los números del 0 a 4 indican la grave-
dad en forma creciente.
La letra X significa “no puede ser evalua-
do” porque la información no está dispo-
nible (8).
Prácticamente, todos los cánceres de ve-
sícula biliar comienzan en la pared interior
de la misma. Con el transcurso del tiempo,
los cánceres crecen a través de las diver-
sas capas de la vesícula biliar hacia fuera
de la misma. El tumor puede crecer hasta
llenar alguna parte o todo el espacio dentro
de la vesícula biliar, mientras que, al mismo
tiempo, crece a través de las varias capas
de la vesícula biliar en la dirección opuesta.
Si crece a través de la pared de la vesícula
biliar, el tumor puede invadir órganos cerca-
nos, tales como el hígado, al crecer directa-
mente en esos órganos; o puede entrar en
los vasos sanguíneos o linfáticos localiza-
dos dentro de la pared de la vesícula biliar y
se puede propagar a los ganglios linfáticos,
al hígado y a otras partes del cuerpo (8).
TORRES SEGOVIA, S. F., BURBANO FREIRE, J. D., AULLA COLCHA, J. C., & HERNÁNDEZ ARGEL, O.
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Grupos T para el cáncer de vesícula biliar
TX: no es posible proveer una descrip-
ción de la extensión del tumor debido a
que se cuenta con información incom-
pleta.
T0: no hay evidencia de tumor primario.
Tis: las células del cáncer sólo se en-
cuentran en el epitelio (la capa más
interior de la vesícula biliar), y no han
crecido (invadido) hacia las capas más
profundas de la vesícula biliar. A esta
etapa también se conoce como carcino-
ma in situ.
T1: el tumor crece hacia la lámina propia
o la capa muscular (muscularis).
T1a: el tumor crece hacia la lámina
propia.
T1b: el tumor ha crecido hacia la
muscularis.
T2: el tumor creció hacia el tejido fibroso
perimuscular.
T3: el tumor creció a través de la sero-
sa (la capa más externa de la vesícula
biliar) y/o creció desde la vesícula biliar
directamente al hígado y/o a una estruc-
tura cercana, tal como el estómago, el
duodeno (la primera parte del intestino
delgado), el colon, el páncreas, o las
vías biliares fuera del hígado.
T4: el tumor creció hacia uno de los va-
sos sanguíneos principales que condu-
cen al hígado (la vena porta o la arteria
hepática) o ha crecido hacia dos o más
órganos fuera del hígado (8).
Grupos N para el cáncer de vesícula biliar
NX: no se pueden evaluar los ganglios
linfáticos regionales (cercanos).
N0: el cáncer no se ha propagado a los
ganglios linfáticos regionales.
N1: el cáncer se propagó a los ganglios
linfáticos cercanos a la vesícula biliar, tal
como a aquellos que están a lo largo del
conducto cístico, el conducto colédoco,
la arteria hepática y la vena porta.
N2: el cáncer se propagó a los ganglios
linfáticos en el abdomen que están le-
janos a la vesícula biliar, tal como los
ganglios linfáticos que se extienden a
lo largo de la aorta (periaórtico), la vena
cava (pericaval) y la arteria mesentérica
superior y el tronco celíaco.
Grupos M para el cáncer de vesícula biliar
M0: el cáncer no se ha propagado a los
tejidos u órganos distantes de la vesícu-
la biliar.
M1: el cáncer se ha propagado a los te-
jidos u órganos distantes de la vesícula
biliar.
Agrupamiento por etapas TNM para el cán-
cer de vesícula biliar
Una vez que se han determinado las cate-
gorías T, N y M, esta información se combi-
na en un proceso llamado agrupamiento por
etapas. La etapa se expresa en números
romanos desde la etapa 0 (la menos avan-
zada) hasta la etapa IV (la más avanzada).
Algunas etapas se subdividen con letras.
1. Etapa 0: Tis, N0, M0: solo existe un pe-
queño cáncer en la capa epitelial de la
vesícula biliar. No se ha propagado fue-
ra de la vesícula biliar.
2. Etapa I: T1(a o b), N0, M0: el tumor cre-
ce hacia la lámina propia (T1a) o la capa
muscular (T1b). No se ha propagado
fuera de la vesícula biliar.
3. Etapa II: T2, N0, M0: el tumor creció hacia
el tejido fibroso perimuscular (T2). No se
ha propagado fuera de la vesícula biliar.
4. Etapa IIIA: T3, N0, M0: el tumor se extien-
de a través de la capa serosa y/o crece
directamente hacia el hígado y/o a otra
estructura cercana (T3). No se ha propa-
gado a los ganglios linfáticos o a tejidos
u órganos distantes de la vesícula biliar.
CARCINOMA DE VESÍCULA BILIAR
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
5. Etapa IIIB: T1 a T3, N1, M0: el tumor se
propagó a los ganglios linfáticos cerca-
nos (N1), pero no crece hacia los vasos
sanguíneos principales que conducen
hacia el hígado ni alcanza más de un
órgano cercano además del hígado. El
cáncer no se ha propagado a los tejidos
u órganos distantes de la vesícula biliar.
6. Etapa IVA: T4, N0 o N1, M0: el tumor
crece hacia los vasos sanguíneos prin-
cipales que van hacia el hígado o ha
alcanzado más de un órgano cercano
además del hígado (T4). Pudiera o no
haberse propagado a los ganglios lin-
fáticos adyacentes. El cáncer no se ha
propagado a los tejidos u órganos dis-
tantes de la vesícula biliar.
7. Etapa IVB: aplica uno de lo siguiente:
Cualquier T, N2, M0 el tumor principal
puede o no haberse propagado fuera de
la vesícula biliar. Se ha propagado a los
ganglios linfáticos lejanos a la vesícula
biliar (N2). El cáncer no se ha propaga-
do a los tejidos u órganos distantes de
la vesícula biliar. O cualquier T, cualquier
N, M1: el tumor principal podría o no ha-
berse propagado fuera de la vesícula
biliar. Podría o no haberse propagado
a los ganglios linfáticos. El tumor se ha
propagado a los tejidos u órganos dis-
tantes de la vesícula biliar (M1) (8).
Asignación de grado del cáncer de vesícu-
la biliar
El grado del cáncer es otro factor determi-
nante en el pronóstico del paciente. Este
describe la similitud del cáncer con el tejido
normal de la vesícula biliar cuando se exa-
mina bajo un microscopio. La clasificación
por grados va desde G1 (donde el cáncer
se asemeja mucho al tejido normal) hasta
G4 (donde el cáncer se ve muy anormal),
con G2 y G3 en un punto intermedio. Los
cánceres de bajo grado tienden a crecer y
propagarse más lentamente que los de alto
grado, lo que les otorga un pronóstico más
favorable. Por otro lado, los cánceres de
grado intermedio presentan características
y pronósticos intermedios entre los de bajo
y alto grado. (8).
El cáncer de vesícula biliar es una enferme-
dad maligna altamente agresiva que pue-
de mostrar una variedad de características
en las imágenes médicas. Es crucial que el
radiólogo esté familiarizado con estos pa-
trones para poder realizar un diagnóstico
preciso y evaluar la extensión del cáncer de
cara a determinar la viabilidad de un trata-
miento quirúrgico.
Patrones de presentación y correlación
radiológica:
Las pruebas de imagen van a ser útiles
tanto en el diagnóstico, como para valorar
el grado de infiltración y realizar el estudio
de extensión.
La primera prueba a realizar suele ser la
ecografía que presenta una precisión del
80% en la detección de neoplasias de vesí-
cula, no obstante, la radiografía simple será
útil para valorar la presencia de colelitiasis,
de vesícula en porcelana o posibles colec-
ciones con gas. La TC es de elección y ten-
drás utilidad principal en la estatificación y
valoración de la resecabilidad del tumor, y
la ColangioRM nos aportará datos sobre la
posible afectación de la vía biliar (9).
A continuación, repasaremos las diferentes
formas de presentación del carcinoma ve-
sicular con su correlación en las pruebas
de imagen.
1. Masa que sustituye a la vesícula (40-
65%):
Ecografía: masa de márgenes irregu-
lares que reemplaza a la vesícula y
que puede invadir hígado o vía biliar,
heterogénea, con presencia de zonas
hipoecoicas que pueden representar
necrosis, e imágenes hiperecoicas
con sombra posterior por la probable
presencia de litiasis o calcificación
de la pared vesicular (Figura 2).
TORRES SEGOVIA, S. F., BURBANO FREIRE, J. D., AULLA COLCHA, J. C., & HERNÁNDEZ ARGEL, O.
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Figura 2. Ecografía. Masa hipoecoica, heterogénea, en lecho vesicular que infiltra y des-
estructura la vesícula biliar. En a) se aprecia al fondo la presencia de múltiples colelitiasis
con sombra acústica posterior (flecha negra) (9)
TC/RM: Masa heterogéna con áreas
hipodensas de necrosis, con invasión
del parénquima hepático, que puede
presentar calcificaciones en su interior
u ocasionar dilatación de la vía biliar.
La masa presentara con frecuencia
un realce periférico en las zonas de
tumor viable, con posibilidad de pre-
sentar realce tardío en las zonas de
mayor componente necrótico (9)
Figura 3. TC con CIV. Masa hipodensa, heterogénea, con relace periférico, que infiltra y
engloba a la vesícula biliar, e infiltra parénquima hepático adyacente (9).
CARCINOMA DE VESÍCULA BILIAR
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Se puede evidenciar masa hipodensa, hete-
rogénea, con relace periférico, que infiltra y
engloba a la vesícula biliar, e infiltra parén-
quima hepático adyacente.
Figura 4. TC con CIV. Imágenes axiales (a y b), coronal (c) y sagital (d)
En la imagen anterior se observa masa he-
terógea, hipodensa, con mayor realce en la
periferia de la lesión, que infiltra vesícula bi-
liar, segmentos hepáticos adyacentes (IVb y
V) y ángulo hepático del colon (flecha amari-
lla en c y d) (9).
Figura 5. TC con CIV 2 (9)
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Gran masa heterogénea que infiltra y sustitu-
ye a la vesícula, de contornos lobulados, in-
cluso con nódulos satélites, hipodensa, con
realce periférico. En a) se observa imagen
hiperdensa en relación a colelitiasis (flecha
amarilla), y en b) seseñalan dos metástasis
hepáticas (flechas azules) (9).
Figura 6. TC con CIV 3 (9)
Gran masa que infiltra vesícula y segmento
hepáticos adycentes, heterogénea, con zo-
nas de realce periférico (tumor viable) y cen-
tro de predominio hipodenso / necrótico. As-
citis. En b) y c) se observan colelitiasis, y en
d) intensa infiltración o mental (fecha negra)
El diagnóstico diferencial en estos casos
habrá que realizarlo fundamentalmente con
la colecistitis aguda con formación de abs-
ceso, pero también con lesiones tumorales:
hepatocarcinoma, colangio carcinoma o
metástasis (9).
2. Engrosamiento parietal focal o difuso
(20-30%):
Ecografía: engrosamiento parietal
similar al de la colecistitis aguda o
crónica, pero más irregular y normal-
mente mayor aun centímetro (Figuras
7 y 8) (9)
CARCINOMA DE VESÍCULA BILIAR
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RECIMAUC VOL. 8 Nº 1 (2024)
Figura 7. Ecografía. Engrosamiento parietal difuso e irregular de la vesícula (flecha ama-
rilla) (9)
Figura 8. Ecografía (a). Engrosamiento parietal vesicular (flecha roja) con colelitiasis en
su interior. TC con CIV (b, c y d). Colelitiasis y engrosamiento irregular de la pared vesicu-
lar (flechas amarillas), con infiltración del parénquima hepático adyacente (b) y disemina-
ción peritoneal (d) (9).
TORRES SEGOVIA, S. F., BURBANO FREIRE, J. D., AULLA COLCHA, J. C., & HERNÁNDEZ ARGEL, O.
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TC/RM: Engrosamiento parietal con hiperre-
alce en fase arterial, isodenso en fase por-
tal. Además, valorará la presencia de ade-
nopatías o la posible infiltración hepática
(figura 8 y 9) (9).
Figura 9. TC sin (a) y con (b) CIV. Engrosamiento parietal de la vesícula (flechas rojas),
irregular, con realce, y presencia de colelitiasis (9)
En el diagnóstico diferencial se incluye tanto
la colecistitis crónica como la xantogranu-
lomatosa, la adenomiomatosis, y el engro-
samiento parietal secundario a enfermeda-
des sistémicas (hepatitisaguda,cirrosis y/o
hipertensión portal o insuficiencia cardíaca
congestiva) (9).
3. Formación polipoide (15-25%)
Ecografía: veremos nódulos bien de-
finidos con amplia base de implanta-
ción (figura 10) (9).
Figura 10. Ecografía. Varias formaciones nodulares polipoideas (flechas amarillas) de-
pendientes de la pared vesicular, de diversos tamaños, todas ellas mayores a un centíme-
tro y con base amplia de implantación, de morfología sésil (9)
CARCINOMA DE VESÍCULA BILIAR
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TC/RM: pólipos hipo o isodensos,
con realce arterial mal definido. Estu-
dio de extensión (9).
En el diagnóstico diferencial se incluyen los
pólipos adenomiomatosos, los de coleste-
rol, el barro biliar denso, el tumor carcinoide
y lesiones metástasicas vesiculares (funda-
mentalmente de melanoma) (9).
Conclusiones
La vesícula biliar, un órgano vital en el pro-
ceso de digestión, puede ser afectada por
el cáncer de vesícula biliar (CVB), una en-
fermedad cuyo diagnóstico suele ser inci-
dental o en etapas avanzadas, lo que limi-
ta las opciones de tratamiento y reduce la
supervivencia a largo plazo. Este tipo de
cáncer, predominantemente adenocarcino-
ma, presenta una incidencia variable según
la región geográfica, siendo más común en
ciertas áreas como Melanesia, Asia oriental
y Sudamérica. Factores de riesgo como gé-
nero, obesidad, antecedentes de cálculos
biliares, infecciones crónicas y alteraciones
genéticas contribuyen a su desarrollo.
La clasificación por etapas del CVB, utili-
zando el sistema TNM, es esencial para de-
terminar la extensión del tumor y guiar las
opciones de tratamiento. Desde etapas ini-
ciales hasta avanzadas, el manejo del CVB
puede variar significativamente, desde la
resección quirúrgica hasta la terapia palia-
tiva. La identificación precoz y la compren-
sión de los factores de riesgo son cruciales
para mejorar el pronóstico y la calidad de
vida de los pacientes.
Las pruebas de imagen desempeñan un
papel fundamental en el diagnóstico y la es-
tatificación del CVB, permitiendo una eva-
luación precisa de la extensión del tumor y
facilitando la planificación del tratamiento.
Los diferentes patrones de presentación,
como masas, engrosamiento parietal y for-
maciones polipoides, presentan caracterís-
ticas distintivas en las imágenes médicas
que son cruciales para su identificación y
diferenciación de otras patologías.
El cáncer de vesícula biliar representa un
desafío significativo en el ámbito de la on-
cología, con una incidencia creciente a nivel
mundial. El conocimiento detallado de sus
factores de riesgo, su clasificación por eta-
pas y los patrones de presentación en las
imágenes médicas son fundamentales para
mejorar la detección temprana, el manejo y el
pronóstico de esta enfermedad devastadora.
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dica.
CITAR ESTE ARTICULO:
Torres Segovia, S. F., Burbano Freire, J. D., Aulla Colcha, J. C., & Hernán-
dez Argel, O. (2024). Carcinoma de vesícula biliar. RECIAMUC, 8(1), 569-
583. https://doi.org/10.26820/reciamuc/8.(1).ene.2024.569-583
CARCINOMA DE VESÍCULA BILIAR