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RECIMAUC VOL. 7 Nº 2 (2023)
Por otra parte, los médicos en atención ge-
riátrica quirúrgica deben estar preparados
para estimar el riesgo de complicaciones
preoperatorias y decidir qué tan extensa
debe ser la evaluación previa. Los avances
en la anestesia y en los cuidados periopera-
torios contribuyen a aminorar la mortalidad
quirúrgica en los AM, y sobre todo, en los
muy viejos. Con la evaluación preoperatoria
se pretende optimizar el estado físico del
paciente previo a la intervención e identifi-
car con claridad los riesgos y contraindica-
ciones posibles para poner en marcha me-
didas anticipadas y profilácticas.
Después de evaluados los dominios y de-
terminado el estado de salud del anciano
se indican exámenes propios para cada
una de las enfermedades, además, se apli-
can instrumentos para medir los riesgos
para la intervención quirúrgica, ejemplo:
índice de Detsky modificado de riesgo qui-
rúrgico, índice de Lee y Goldman y predic-
tores clínicos de riesgo quirúrgico, lo cual
posibilita tomar la conducta adecuada ante
cada caso. Para medirlos se emplea la eva-
luación geriátrica integral. El estudio de los
dominios de la evaluación con el empleo de
instrumentos que cumplan requisitos de va-
lidez, fiabilidad, factibilidad, sencillez y bre-
vedad de aplicación, permite diagnosticar
problemas de salud en todas las esferas,
facilita la atención médica y mejora la ca-
lidad de vida de los ancianos. (Rodríguez
Rodríguez, Zas Tabares, Silva Jiménez,
Sanchoyerto López, & Cervantes, 2014)
Conclusiones
En los últimos años ha crecido el interés por
los estudios sobre fragilidad en ancianos y
su asociación con distintos factores de ries-
go como: cambios fisiológicos asociados al
envejecimiento, alteraciones del equilibrio y
marcha por múltiples discapacidades, en-
fermedades agudas o crónicas, estilos de
vida inadecuados, inactividad, inmovilidad,
déficit nutricional y multiplicidad de factores
socioeconómicos negativos.
A pesar de numerosas investigaciones rela-
cionadas con los temas envejecimiento y fra-
gilidad, existen múltiples acciones y tareas a
desarrollar en mejora de su calidad de vida
como: desarrollar estrategias educativas so-
bre fragilidad, ejecutar actividades de pro-
moción de salud y prevención de riesgos en
el AM frágil, modificar estilos de vida poco
saludables en dicha población, fortalecer el
funcionamiento de los clubes de abuelos,
así como lograr mayor participación comu-
nitaria e intersectorial en estos procesos.
Diversos factores se han estudiado como
posibles riesgos para la fragilidad en estos
pacientes, destacándose los cambios fisio-
lógicos asociados al envejecimiento, las alte-
raciones del equilibrio y marcha por múltiples
discapacidades, enfermedades agudas o
crónicas, estilos de vida inadecuados, facto-
res sociales y económicos inapropiados, in-
actividad, inmovilidad y déficit nutricionales.
Todos estos factores y mediciones demues-
tran que un anciano con una condición pato-
lógica puede aumentar el riesgo al deterioro
de su salud si no son considerados el resto de
condiciones asociadas inherentes a la edad
y el deterioro propio de sus respuestas fisioló-
gicas a nivel físico, es así como se rescatan e
unifican los criterios evaluación priomaria del
AM para que prevalezca, en cualquiera de
sus condiciones patológicas diagnosticadas,
la calidad de vida actual y futura de acuerdo
a las necesidades de tratamientos e interven-
ciones médicas que sean requeridas.
Bibliografía
Alonso Galbán, P., Sansó Soberats, F. J., Díaz Canel
Navarro, A. M., & Carrasco García, M. (2009). La
condición de fragilidad es inherente al grupo de
los adultos mayores (AAMM) y consiste en una si-
tuación de riesgo de desarrollar, empeorar o per-
petuar efectos adversos para su salud, debido a la
disminución de su reserva fisiológica, todo lo cual
se re. Revista Cubana de Salud Pública, 35(2).
Obtenido de http://scielo.sld.cu/scielo.php?pi-
d=S0864-34662009000200016&script=sci_arttex-
t&tlng=pt
MONCAYO PARRAGA, S. E., PIONCE VÉLEZ, A. G., GUTIÉRREZ TOROMORENO, M. M., & GUERRA JAIME, B. A.